ESA OBSOLETA NOCIÓN DE BIEN

Es muy muy importante recordarnos que el estado es el garante de la ley, por lo cual no puede replicar lo que condena: por ejemplo, - y no sólo -, el terrorismo. Si se denosta la función del estado, no sólo en la justicia, sino en su potestad y obligación respecto de impartir salud, educación, y garantizar techo y alimentación a sus ciudadanos, es porque ese estado está representando la vieja idea del Bien, la misma que está presente en el transporte público cuando se nos obliga a donar el asiento a las personas discapacitadas, ancianos, o mujeres embarazadas. Ahí, en esa función estatal es donde hace agua “mi interés”, “la mía”, por sobre la tuya, y la mía por sobre la nuestra. Ahí, en la función del estado a través de la nobleza con que ejerce la justicia, y con que no descuida al más pobre de nosotros, es donde se encuentra la llave del tesoro, la gema de lo sagrado.